En la tarde del viernes 10 de julio tuvo lugar, en la Casa de la Cultura, la inauguración de la exposición “Flamenco Patrimonial”, cuya autora es Araceli Pardal (Lebrija Flamenca). El delegado de Cultura, Patrimonio y Turismo del Ayuntamiento de Lebrija, Pepe Martínez destacó el valor artístico y documental de la muestra y puso de relieve el hecho de que “pese a las difíciles circunstancias motivadas por el coronavirus, hemos pretendido que el flamenco siga vivo este mes de julio, si bien de un modo diferente”. Recordemos que la llamada “nueva normalidad” también ha incidido en la cancelación de la 55 Caracolá Lebrija, señero festival que aplaza también la imposición del Caracol de Oro a Pedro Peña Fernández, quien recibirá este honor en 2021.

Al acto acudió un numeroso grupo de familiares y amigos del cantaor lebrijano Curro Vargas, fallecido recientemente y a cuya memoria está dedicada esta exposición organizada por el Ayuntamiento de Lebrija.

Imágenes de gran formato protagonizan este julio fachadas de edificios patrimoniales que han albergado espectáculos flamencos incluidos en el programa oficial de la Caracolá a lo largo de los últimos cuatro años.

Importantes figuras del arte jondo lebrijano conforman un bello ramillete de imágenes flamencas: Manuel de Paula, Lebrijano, Miguel Funi, Inés Bacán, Concha Vargas, Rycardo Moreno, Dorantes, José Valencia, Isabel Carrasco, Fernanda Carrasco, Anabel Valencia, Feíto, Josefa Vargas y el propio Curro Vargas ponen rostro a esta muestra que se expone en quince lonas. Como aspecto a destacar, las mismas incluyen letras flamencas que han sido elegidas personalmente por los artistas protagonistas. Como nota original, en el caso de Rycardo Moreno, acompaña a su imagen una letra inédita creada por el guitarrista.

En su intervención, Araceli Pardal manifestó su satisfacción por haber recibido el apoyo del Ayuntamiento para realizar este trabajo que es “una reivindicación de esas noches flamencas de verano que nos ofrece Andalucía” y que han llenado de arte jondo “calles, plazas y azoteas” en las “Caracolás de los últimos cuatro años”.

Sentido y cálido homenaje al añorado Curro Vargas

La inauguración de "Flamenco patrimonial" fue, ante todo, un emotivo acto de homenaje y recuerdo al cantaor lebrijano Curro Vargas, fallecido en los días de confinamiento y sumamente querido entre los amantes del flamenco. 

Un nutrido grupo de familiares, artistas, amigos y aficionados al buen cante que no tuvieron la oportunidad de despedir a Curro por las limitaciones impuestas por la crisis sanitaria, se dieron cita en el patio de la Casa de la Cultura para rendir un sonoro aplauso a la memoria de este bronce gitano de la soleá. 

Araceli Pardal se mostró visiblemente emocionada y "honrada de poder dedicar su exposición a Curro". Del cantaor destacó "ese orgullo sano del buen hacer tan propio del pueblo gitano" así como su enorme capacidad para "santificar todo lugar en el que cantaba, ya fuera un escenario, ya fuera la barra del bar Bocho". Pardal aseguro que "la soleá lleva el nombre de Curro Vargas: la verdad y la esencia a través del cante".

Muy emocionada fue asimismo la intervención de Manuel Carrasco, de la Asociación por el Progreso del Pueblo Gitano, quien dijo de Curro ser "blanco como la cal en su alma y metal negro en su garganta". Carrasco leyó un bello escrito de su puño y letra trazado sobre un trozo de sencillo papel en el que figuran, como introducción, unas evocadoras palabras en caló: "Muro anav liberar si rompiens" (es decir, "Su nombre y su cante es gitanidad".)

Por su parte, Bocho, quien como muchos, tampoco pudo evitar las lágrimas, reconoció que "sin Curro, el Bar Bocho, templo del cante, se siente un poco mudo" ante la pérdida irreparable de Curro Vargas. 

La nota musical la puso la delicada guitarra de Luis Carrasco, puro sentimiento por soleás y malagueñas que, como él mismo confesó con los ojos brillantes "no tienen nombre, pero a mí me llevan directamente a Curro".

Entre aplausos y gestos de respeto y admiración hacia el ya añorado Curro Vargas, sus familiares recibieron un cartel a gran formato de la muestra fotográfica como recuerdo del momento.